Lo había visto en miles de fiestas en Pinterest, y a veces, por pereza, lo dejaba para la siguiente fiesta. Pero en esta ocasión, creo que le va muy bien a la temática.
Ya os aviso que hacerlo es sencillísimo!! Y admite variaciones, según lo que tengáis en casa.
Lo más importante a tener en cuenta es que el chocolate tiene que ser para fundir. En este caso elegí chocolate blanco de la marca Nestle y lo teñí con colorante en gel (pero también podéis usar candy melts).
Lo primero que haremos es fundir el chocolate. Yo lo hice con el microondas, poniéndolo pocos segundos y comprobando que no se haya quemado (sobre todo con el chocolate blanco hay que tener mucho cuidado porque esto sucede muy rápido).
A continuación añadimos el colorante en gel y removemos hasta obtener un color homogéneo. (Si hemos usado candy melts de colores, este paso nos lo ahorramos!).
Ahora toca extender el chocolate fundido sobre una base lisa. En mi caso utilicé una bandeja (la que Daniela me hizo para el día de la madre) con papel vegetal.
Por último, añadimos los sprinkles, bolitas, fideos de colores, perlitas o lo que queramos.
Lo metemos en la nevera para que se enfríe y endurezca y lo cortamos en trozos. Podemos cortarlo con cuchillo o como hice en este caso, que he preferido partirlo a mano para que fueran trozos irregulares.
Como véis es algo muy sencillo y vistoso.
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